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ADMINISTRACIÓN UPB

LA UNIVERSIDAD DE CARA AL SIGLO XXI

Por: Sonia Cecilia Tarazona Jaimes y Juan Carlos Aguirre Varela

Estudiantes X Semestre Administración de Empresas

Al leer el artículo en mención, se puede percibir que la problemática existente actualmente en las universidades, no sólo estatales sino privadas, radica fundamentalmente en la proyección que éstas manifiestan;  ligada a los mecanismos de inversión, control, investigación y capacitación propuestos.

Hoy en día, la globalización, los adelantos tecnológico científicos, enmarcados en trabajos culturales y sociales concretos, exigen a quienes a la educación se dedican, a marchar como un ente único indivisible que agrupe políticas claras y concretas, unidas pactadamente a  la sociedad, al gobierno, y a las clases productivas del país; para establecer con ello respuestas reales, a necesidades sentidas que conlleven a solucionar conflictos vivénciales, a corto, mediano y largo plazo.

La labor educativa debe cambiar, debe existir al respecto clara conciencia de ello, por tanto la idea fundamental es que las instituciones de educación superior transciendan sus formas, métodos, organización y contenidos; para convertirse en verdaderos centros de educación permanentes; con procesos de investigación objetivos, que permitan establecer lineamientos educativos que fijen parámetros que  involucren en una secuencia lógica, no sólo a la educación media sino también a la básica, desligada hasta hoy de la educación superior.

Bajo estos aspectos la universidad debe ser un ente flexible, de vivencias; dispuesta al cambio; a asumir permanentemente los retos que las ciencias, las artes, la tecnología, la sociedad y la cultura le establecen;  y no un seguir con normas rígidas y tradicionales que siempre la han caracterizado.

Los sofismas de distracción, la proliferación competitiva de las llamadas universidades de garaje, la aceptación de jóvenes que han desertado de otras instituciones de educación superior, ya por problemas formativos, económicos y/o de selección de profesión; son resultado de procesos educativos no controlados, que carecen de una proyección compatible con las exigencias del competitivo mundo profesional de hoy en día y de mecanismos políticos de supervisión educativa real.

Es por lo anterior, que existe por tanto un divorcio entre las universidades públicas y privadas, no solo en planes y programas, sino en sus fines y objetivos; y ello es producto desde nuestra perspectiva, de diversidad de políticas tradicionalistas no centradas en una entidad de control y regulación que obligue a las mismas a fortalecerse curricularmente, a establecer proyectos mancomunados que se apasionen por lo social y cultural; en una continuidad que lleve al joven a través de compromisos educativos, a una identidad profesional, que trasciende fronteras.

El gobierno, al igual que el medio productivo del país, deben estar simultáneamente ligados a la clase educativa para motivar procedimientos, normas y especializaciones enmarcadas en procesos de evaluación permanentes, que consientes de la responsabilidad social presente y futura; cuestione, evalué y realice en sus docentes universitarios, estudiantes y profesionales, capacitaciones que generen nuevas tecnologías y avances educativos que deben asumir las universidades; y que más en términos de competencia busquen satisfacer necesidades regionales y fuentes de empleo.

Los diversos estudios realizados y la normatividad emanada del Ministerio de Educación, sujeta a interpretaciones variadas y a los comentarios al respecto sobre la proyección y funciones ideales de la universidad del ayer, del hoy y del mañana; se traduce en la exigencia no solo para el Estado, sino también para la universidad misma, para la sociedad y para los medios industriales; de crear un compromiso que establezca una amalgama de innovación, que vincule lo formal y lo informal, posibilitando la continuidad académica hasta los más altos niveles de formación.

Para finalizar, y con base en el artículo leído, podemos concluir que de nada sirven esas ganas por una universidad mejor, por una universidad capaz de integrar los diversos aspectos de la educación y actividades económicas del estado si no hay un compromiso de todos los entes y componentes de ésta; que garantice que el proceso productivo se realiza acorde con las exigencias que trae consigo un mundo tan cambiante como lo es el mundo del siglo XXI y los futuros.

 

3 comentarios

eudes adolfo acevedo -

para adaptarnos a la globalizacion,en la educacion superior, debemos trabajar en grupo con las distintas instituciones para saber como nos podemos desenvolver en cualquier ambito, ya sea, social, cultural , tecnologico,etc.
ya que mediante las continuas investigaciones de todas las areas, se puede concluir que el potencial trabajado sirve para modificaciones en un futuro.

Nelsy Mancilla Meza -

Estoy de acuerdo con el artículo, porque considero que la educación es una herramienta fundamental e indispensable a la hora de enfrentarnos en un mercado altamente competitivo como el actual, por ésta razón es muy importante incentivar y concientizar a todos los colombianos sobre la incidencia de la educación superior en el desarrollo económico del país, que sin lugar a dudas es lo que refleja posteriormente el beneficio de las personas y una mejora continua en su nivel de vida, que contribuye a la búsqueda incesante de nuevas capacitaciones para desafiar la tecnología que hace parte de este nuevo siglo.

sandra acosta santos -

la verdad yo siempre he pensado que la educaciòn tiene que ser un ciclo y pòr lo mismo un proceso continuo que le aporte al estudiante muchas variables, lo ideal seria que estas educaciones(primaria,basica, media, de pregrado y demas ) se lograran unir para vivenciar el desarrollo y el crecimiento que pueden proyectar los estudiantes de difernetes carreras al salir, que la educaciòn sea completa y no se trate simplemente de impartir conocimientos.